jueves, 26 de marzo de 2009

Juicio contra León Gieco por supuesta discriminación


Miguel Ángel Carrizo, promueve demanda por despido contra Raúl Alberto Antonio Gieco, de profesión artista.El patrocinio se corresponde al Dr. Enrique Agustín Precedo, abogado tomo 40, folio 492, CPACF.

Miguel Ángel Carrizo, promueve demanda por despido contra Raúl Alberto Antonio Gieco, de profesión artista (conocido popularmente como “León Gieco”). El patrocinio se corresponde al Dr. Enrique Agustín Precedo, abogado tomo 40, folio 492, CPACF.

El Sr. Carrizo comenzó a trabajar para León Gieco a principio de la década del ´80 realizando diversas tareas propias de un evento artístico: carga de equipos, armado de escenario, etc. Con el tiempo fue adquiriendo una especialidad en la iluminación de espectáculos.

El 1° de abril de 1981 tuvo lugar un importante recital en el entonces Estadio Obras, y fue a partir de allí que se verificó su ingreso estable al “staff” de León Gieco, ininterrumpidamente hasta el año pasado.

Durante estos casi 30 años, Miguel Ángel “Bebe” Carrizo realizó todo tipo de funciones, satelizado alrededor de la organización de Gieco. Fue su iluminador, pero además oficio de personal de seguridad, guardaespaldas personal, acomodador, venta de shows, gestiones administrativas, además de destinar una habitación en su propia casa donde Gieco y sus músicos guardaban los instrumentos entre “giras”, donde se realizaba el mantenimiento de los equipos (actividad que también realizó Carrizo) y que se utilizaba como sala de ensayos.

Por lo cual, Carrizo prestó durante estos años servicios a Gieco no solo en los shows o giras (que en oportunidades abarcaron casi todo el año – por ejemplo la recordada “De Ushuaia a La Quiaca), sino que también lo hacía en los períodos de receso del artista.

Esta relación, que por el transcurso del tiempo y las vivencias compartidas, superó el plano laboral, ha sido incluso plasmada en el libro “Crónica de un sueño” donde el propio Gieco se refiere a su iluminador Carrizo en varias oportunidades, diciendo por ejemplo: “con el Bebe Carrizo (iluminador), somos grandes amigos desde hace mucho tiempo y creo que siempre lo seremos. (...) Puedo hablar de todos los temas, casi sin excepción.”; “Aníbal y el Bebe son dos desconocidos en el ambiente artístico, un medio que nunca me interesó frecuentar. Ellos lo saben perfectamente. Cuando me defienden o cuando me atacan ellos nunca me mienten.”; “Soy un afortunado por tenerlos cerca. Siempre. Como ellos me tienen a mí."

Sin embargo hace unos años el Sr. Gieco y sus representantes han comenzado a tener actitudes discriminatorias hacia Carrizo. Comenzaron mofándose de su creciente sobrepeso, diciéndole cada tanto que se estaba volviendo “gordo y viejo”, hasta que estas palabras pasaron a tener consecuencias concretas como no lo llevarlo a las giras en Europa ya que “es demasiado para un negro pobre y catamarqueño, que se conformara con Latinoamérica”. Posteriormente, y con similares argumentos dejó de ser convocado en los eventos de mayor visibilidad como aquellos realizados en los teatros de Capital Federal.

Terminó naturalizándose, con los años, y a medida que Gieco iba ganando popularidad y respeto, hasta devenir en un artista de primera línea, que a los lugares más importantes y prestigiosos, no lo convocaban.

El mismo estado físico que en un momento le fue útil para cargar equipos, armar y desarmar escenarios, brindar seguridad en los eventos y, en más de una oportunidad, oficiar de guardaespaldas personal e incluso salvarle la vida luego de un accidente automovilístico, comenzó a ser una “molestia estética”, cuando Gieco comenzó a frecuentar otros círculos.

Esto fue avanzando hasta que hacia mediados del año pasado dejaron de contestarle los llamados de teléfono, y fue convocado otro iluminador para las giras, dejando a Carrizo sin trabajo, luego de casi 30 años de servicios, sin brindarle absolutamente ninguna indemnización y asistencia, y sin habérsela brindado, por haber trabajado “en negro” (en términos de seguridad social) ninguna cobertura durante las casi tres décadas de vínculo laboral (el que, por otro lado, nunca fue reconocido por León Gieco, quien pretendió y pretende que Carrizo es un empresario autónomo, cuando el mismo carece de absolutamente toda característica que lo pueda tornar "calificable" en tal sentido). Así sobrevino el despido, en un contexto marcadamente discriminatorio, con el artista (además, un activista con muchísima publicidad en derredor del tema “derechos humanos”) llegando a ofrecerle a su ex trabajador apenas una ínfima parte de lo que se le debía, en 24 cuotas, diciendo que así la ofrecía justamente porque Carrizo no iba a saber cuidarla, haciendo referencia absolutamente peyorativa de sus características personales.

La condigna demanda, por despido discriminatorio, ha sido interpuesta ante la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo el día Viernes 13 de Marzo de 2009.

Fuente: Primicias ya